martes, enero 27, 2009

Historias de Cimerio. Mujeres... (I)

-Vamos a ver Cimerio, qué me vas a decir que no sepa. Todos hemos pasado por eso, y dicen que todo hombre no es un hombre hasta que no se enamora, e igualmente deja de serlo hasta que no le rompen el corazón.
-Joder José Angel, pues prefiero ser un niño toda mi vida, porque vaya mierda.
Cimerio estaba perdido. Su relación con su antigua chavala no hacía más que perseguirlo; no es que se encontrara mal, pero en el fondo de su ser pensaba que tarde o temprano volvería con ella. Todo había sido tan mágico (decía Cimerio), tan bonito, tan especial, el inicio de la relación, tantas cosas en común... que le parecía mentira estar ahora en esta situación. -Cimerio, es que todas son unas putas menos nuestras madres y nuestras hermanas (le dije yo, utilizando una frase aunque de muy mal gusto muy socorrida entre hombres cuando quieres decir mucho con muy poco.. -Si jeje, (me contesta) pero son nuestras putas.. -Ahora hablando en serio Cimerio, y aunque suene a topicazo de la hostia, dicen que si hay una mujer para nosotros, nos está esperando en algún lado, y joder, creo que no somos tan mala gente como para no merecernos algo bueno. - Ya Jose Angel, pero eso no se da cuenta uno en estos momentos aunque en el fondo lo piense.
Joer, en ese momento me acuerdo de las grandes veladas con mi amigo Manfred von Richthofen en un bar lleno de humo en Cartagena con una VollDamm en la mano y sobre sus sabios consejos acerca de las féminas, y le contesto a Cimerio citando a mi amigo: "Lo peor que te puede pasar en esta vida es estar aturdido y con el alma perdido por una mujer, que se te presente delante tuya el verdadero amor de tu vida, y por estar así de jodido vayas y cometas el error de no reconocerlo, aunque esté delante de tus narices".